miércoles, enero 04, 2006

Radio Radiola, la fragancia que no te abandona

A los buenos pares años!!!!

Alguien dijo que para ser escritor debes ser un buen lector, y para ser poeta necesitas sentir. Pues bien, amigos y amigas, Gemo es todo sentimiento, una débil hebra que se deja mecer por los vientos de la pasión, una válvula que no deja de bombear versos en cada gesto, una libélula de horrible nombre, frágil aspecto y destino incierto. Sí, soy poeta, y qué? Entrelazar bellas palabras me ayudó a evadirme de aquellos salvajes incapaces de entender la profundidad de mi alma, de la incomprensión de un mundo que te obliga a borrar cualquier vestigio de sensibilidad si quieres triunfar; aprendí a quererme gracias a los poemas de los demás.

Por favor, os pido perdón por esta introducción tan personal, no lo puedo evitar, me pongo tan ñoño!!! El Dios Radiola anda un poco pachucho, ha recibido alguna críticia a sus proclamas incendiarias, a su rol de padre conductor del nuevo mundo, pero, lo peor, a sus convicciones religiosas... por lo que se ha retirado a un balneario donde tratará de recuperar la autoestima. Eso significa que Teclear por Teclear continúa en antena, iuuuujjjjuuuu!!!!!!!!!!!! Así que me gustaría empezar el año con un especial monográfico dedicado al amor, y hacerlo a través de la poesía. Para quien se sienta hijo pródigo del capitalismo, mejor hará leyendo ese tocho decimonónico, cómo se llamaba, ah, sí, “El Capital” de Marxismo Gorki, porque aquí se aburrirá. Aquellos y aquellas que habéis vivido todo el año refugiados tras una máscara de fortaleza, ha llegado el momento de desnudarse. A partir de ahora vuestras experiencias os deben guiar en la lectura, porque, para bien o para mal, ellas os han convertido en lo que sois.

Para empezar, una dosis de sabiduría con sabor de autocrítica masculina, quizás una ventana que nos ayude a comprender el por qué de algunas conductas:

“El pulgo no hace ostentación. No alza altos mástiles, torres, obeliscos ni rascacielos. tampoco fabrica largos fusiles, cañones ni misiles.
El pulgo, amante de la pulga, no necesita inventar ningún símbolo fálico, porque lo lleva puesto: mide nada menos que una tercera parte de su cuerpo, el tamaño más impresionante de todo el reino de este mundo, y está adornado con plumitas.
Los machos humanos, mandones y matones, llevan miles de años ocultando esta humillante información”
Eduardo Galeano

La falta de conocimiento es el mayor lastre de la humanidad. Pero la ocultación, el engaño, la mentira son una enfermedad que como células cancerígenas se apoderan de nuestra voluntad y acaban por destruir, no a nosotros, sino a quienes nos aman. Quizás alguien dirá que Galeano no ha escrito un poema, y que esto era monotemáticamente lírico. Si alguien lo piensa, que cambie de dial, porque en las palabras anteriores hay más poesia que en todo el mester de clerecía. Perdón, perdón, again, este violento arrebato no se debería haber producido, mil disculpas. Haya paz.
Sigamos con el amor. El texto de Galeano daba un toque de alerta a los hombres, pero ¿qué pasa con las mujeres? Una vieja gitana, medio bruja, medio psicóloga, me dijo una vez que las mujeres acostumbran a amar como niñas, y que cuando amen, no por necesidad, sino porque han entrado en posesión de su libertad, entonces conocerán el amor adulto. Aunque, ¿cómo definir amor?

Cubrirte
no con besos
sino simplemente
con el embozo
(que se ha deslizado
desde tu hombro)
para que no tengas frío
mientras duermes

Después
una vez
que has despertado
cerrar la ventana
y abrazarte
y cubrirte
de besos
y descubrirte

Erich Fried, Poema Nocturno



No está mal, no. Paciencia, comprensión, ternura, deseo, aventura y respeto, parecen los ingredientes perfectos para un relación saludable. Yo, desde la atalaya de la teoría, juraría que sí, pero no puedo hablar desde la experiencia, mi “aspecto exterior” son esos árboles que no dejan ver el bosque que hay en mí. Aunque puedo opinar como observador, como confesor de amores ajenos, y sé que las dudas destruyen más que cualquier arma inventada por el hombre. Afortunadamente, existe cura, pero no es fácil




Te quiero tanto
que ya no sé
si te quiero tanto
o si me da miedo

si me da miedo ver
lo que sin ti
seguiría estando vivo
en mi vida

Para qué seguir lavándome
para qué seguir queriendo sanar
para qué seguir sintiendo curiosidad
para qué seguir escribiendo

para qué seguir queriendo ayudar
para qué de entre las madejas de mentiras
y horrores seguir queriendo desenmarañar verdad
sin ti

Quizás porque tú existes
y porque seguirán existiendo
otras personas como tú
y eso también sin mí

Erich Fried, Límites de la desesperación



A veces resulta complicado distinguir la frontera entre uno mismo y el ser amado. Dicen que amar convierte a la pareja en un único sujeto, pero no dicen como despegarse una vez la relación deja de existir. Nos pasamos media vida buscando a la otra mitad de esa mitológica unidad sentimental, y el resto del tiempo intentando superar el trauma por la ruptura. Porque ya lo decía Amin Gaver en Suma y Resta




No voy a negar
que con los momentos
más lúcidos
de mi puta vida
ella tuvo
mucho que ver

lo cierto
es que en los peores
ella tampoco
estaba muy lejos

y dónde está escrito ella sirva también él, por supuesto.

Ahh, l’amour, nos llenamos la boca de él y después tenemos que ir al baño a vomitar de tanto empacho. Pero lo peor es que no aprendemos, y volvemos a empacharnos; supongo que es una especie de bulimia del amor. Yo no he nacido profeta, más bien trovador. Repito las palabras que otros han creado cuando las considero bellas, y de vez en cuando creo algunas, pocas, modestas. No hallaréis demasiadas respuestas, eso sí, una sencilla y sincera oreja siempre estará dispuesta si necesitáis aliviar la conciencia (en el baño de teclear por teclear nunca falta el papel). Me despido con más sabias palabras,siempre ajenas, que considero apropiadas para este tema sin fin. Con todo el amor posible en tiempos de tanto odio, Gemo os desea un año repleto de aquello que más deseéis. Un beso.



Nunca cesaremos de explorar
y el final de todas nuestras exploraciones
será llegar al sitio donde partimos
y conocerlo por primera vez

T. S. Elliot





Postemisión: mi querida futura fiel seguidora, he recibido tu respuesta, pero creo merezca respuesta con los micrófonos cerrados, y a ver cuando dejas de ser futura!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido Eduardo Nierga, uy no, Gema Noriega, ais... tampoco. Era algo nomeriega, no?

Hoy ha llegado a mis manos vuestro alegato sobre el amor. Como soy de pueblo, nuevo, pero pueblo a fin de cuentas, y para que conste que aquí en la madre patria también se le ha dado la importancia que merece, ahí van un par de coplillas muy castizas para sustentar las palabras de tan insignes poetas.

Ni contigo ni sin ti Eres mi vida y mi muerte,
tienen mis males remedio, te lo juro, compañero,
contigo porque me matan no debía de quererte,
sin ti porque yo me muero. no debía de quererte
y sin embargo te quiero.

Para alguien que hace tiempo no se empacha ni vomita de amor, más bien al contrario, causan especial melancolía las frases plasmadas en tu último escrito. Qué más quisiera!

Comentaba hace días que la culpa es de cuentos como Blancanieves, Cenicienta, La Bella Durmiente e incluso películas como Pretty Woman. Nos han lavado tanto el cerebro con historias de "fueron felices y comieron perdices" que nos hemos alejado de la realidad en el porcentaje de varias galaxias.

Primero: si el sujeto en cuestión se declarara vestido con calzones, las carcajadas romperían cualquier romanticismo.
Segundo: Alguien se ha molestado en hacer un seguimiento de esas relaciones? Porque está muy bien hasta el momento de la boda triunfal, pero... y luego? Quien quiere permutar una modesta casita unifamiliar por un castillo con tanta servidumbre, todos los sueldos que se han de pagar, tener siempre invitados (algunos no deseados) en tu morada y encargarte de coordinarlo todo? Y lo que es peor, sin sueldo. Por mucho que seas una mantenida, mejor trabajar por cuenta ajena. Si, además, te tienen como coneja para que le des descendencia al príncipe, mejor desistir del empeño de ceñirte una mísera corona en la testuz.
Tercero: quien nos dice que siguieron juntos hasta que la muerte los separó? Un divorcio quizá no, que ya sabemos que en esa época el qué dirán era más importante que el cómo estoy. Pero también estaban a la orden del día las infidelidades.

Total, que comer perdices puede, y ahora que están más de moda la gula del norte y el caviar, ni eso.

Feliz año par de otra futura y fiel seguidora.