jueves, octubre 26, 2006

Mi párpado dictatorial

Un sábado por la tarde me di cuenta que no podía guiñar el ojo derecho. Ciertamente hacía muchos años que conocía esa característica, es más, en varias discusiones lo había achacado a la genética, pues si no había conseguido en tantos años aprenderlo era porque algo fallaba en mi cadena de ADN. Rebatía cualquier argumento en contra con una rabia ciega, tenía la imperiosa necesidad de atribuir a causas superiores esa “incapacidad” mía. Pero ese día, ese soleado sábado, una sensación me recorrió todo el cuerpo: nunca podré tener otra visión de las cosas, el resto de mi vida seré un observador convencional, la vida pasará por el tamiz de mi vista de forma uniforme, aburrida, cotidiana, siempre horriblemente real.

Teoría de la literatura condicionada al párpado o visión físico-cuántica de la existencia:

El cuento es una aventura adúltera, y la novela una relación de pareja. Con el primero disfrutas de una satisfacción corta pero intensa, mientras que con la segunda te sumerges en una espiral desconocida, capaz tanto de hacerte alcanzar el éxtasis como de hastiarte hasta el infinito. Por otro lado tenemos la poesía. Cuando pienso en un poema no puedo evitar compararlo con un espectáculo pornográfico en un peep-show, donde una persona hermafrodita fornica y procrea sin parar, excitándose todavía más cuando se siente observada tras los espejos por ojos que también gozan, pero cada uno de forma diferente.

No me considero adúltero por vocación, todavía no he mantenido una duración lo suficientemente larga para llegar al hastío, ni puedo procrear conmigo mismo. Si tan sólo pudiera cerrar éste dictatorial párpado derecho y ver la realidad escrita en un papel de fantasía e imaginación... Todos tenemos algún cuento inacabado, varias tristes novelas de parecido final y muchos poemas inclasificables pero estériles, pero a pocos les atormenta un párpado autoritario, insensible, incapaz de ceder a las súplicas y permitir al alma atormentada adentrarse en ese maravilloso mundo de lo irreal y extraer suficiente material para labrar un vida estable en lo que llaman realidad.