jueves, diciembre 01, 2005

A las buenas polifónicas emisiones !!!!!



Una nueva hoja cayó en el árbol de los días, y triste y desnudo se nos ha presentado el mes de Diciembre. Ruborizado hasta la médula, aparece casi de sorpresa, él, tan tímido, modesto hermano pequeño entre doce bastardos, debe albergar las fastuosas celebraciones del Dios Dinero, convirtiendo fiestas paganas, cristianas, ortodoxas, o protestantes en orgías consumistas.

Pero todavía no ha llegado el momento de las grandes lamentaciones. Por suerte la gran ofensiva está a la espera, y sólo la avanzadilla (árboles convertidos en farolas, ventanas que pierden su función para transformarse en escaparates folclóricos, y los grandes centros de tortura para el bolsillo que van adecuando su fisonomía para el gran momento) perturba nuestro plácido ir viviendo.


Hoy, el “Sermón del Teclado”, versa sobre una inagotable fuente de discusión: la Amistad.


En el “Diccionario mitológico-escatológico-orinal” de R.Radiolín, ediciones La Pintan Calva, encontramos lo siguiente:


Vocablo que proviene del esperpéntico a- (negación) y –mistad (dícese de la condición de convertirse en uno solo) y que actualmente se entiende como juntos pero no revueltos. Podemos distinguir, a priori, cuatro categorías, según la procedencia:


  • amistad natural : se forma espontáneamente, por concurrir ambas partes en un mismo espacio, y surgir entre ellas la necesidad de profundizar en detalles comunes. Es un proceso de simbiosis, ambas partes actuan por igual.


  • amistad adoptada : la fuerta centrípeta está en una de las partes, la otra se ve arrastrada por aquella de mayor energía cinética. O sea, el típico amigo de un amigo que acaba siendo amigo del que no era amigo...

  • amistad asimilada : clara consecuencia de la teoría de los círculos, segun la cual es difícil formar parte de un grupo, pero una vez dentro te puedes considerar uno más. Proceso incómodo y no siempre gratificante, aunque puede deparar agradables sorpresas.

  • amistad forzada : aquella que nos viene impuesta (amplio grupo, desde compañeros/as de trabajo hasta familiares políticos, lo que queráis). De ínfimos contenidos, su duración tan sólo depende del grado de parentesco”.


Pero, dejando de lado la teoría, la amistad está presente continuamente en nuestras vidas, para bien o para mal. Nos da y nos quita, ofrece entrañables momentos y grandes batallas, se nos aparece ora virginal ora arpía, muchas veces no le damos importancia y cuando menos lo esperamos se ha marchitado. Cada mínima unidad pensante a dos patas tiene su propia teoría (basada en experiencias y acomodada a la situación reinante en cada momento) sobre como debe cuidarse ese bien tan preciado. No entraremos a discutirlas.


Como vuestro confesor virtual y sumo sacerdote de la mediocridad humana me veo en la obligación de compartir con vosotros y vosotras los supremos aforismos: un amigo no es vuestro ombligo, una amiga no es vuestra conciencia, un amigo no es vuestro pañuelo ni una amiga una cerveza que puedas coger del frigorifico cuando te apetece un poco de fiesta!!!!. Yo os digo, cuidado pingüinos del desierto, el trato que damos a nuestras amistades es fiel reflejo de nuestra más profunda mismidad!!!





Que la Santa Madre Radiola me libre del pecado de los juicios de valor, acaso pemítame un inocuo consejo: sustituid la crítica por la comprensión, y una vez poseais toda la información, entonces actuad con decisión.


Cada amistad es un mundo, y cada persona un universo, con sus soles, sus estrellas, sus planetas, sus satélites, y por supuesto, con sus agujeros negros (metafóricos). No queráis abarcarlo todo, la humildad es un bien del que escaseamos.


Id en paz y que Onán os proteja de la soledad.



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