domingo, febrero 12, 2006

Desde Rusia con Amor

Persistentes e incisivos como un queso podrido, nuestra fragancia envuelve las ondas!!!

Buenas oscuridades radiolololas!

Estais leyendo a Gemo, que tecleando tecleando intenta evadirse del ostracismo invernal.

Empieza a oscurecer detrás de las ventanas y ha dejado de nevar.

La ciudad se agita acosada por el oso cinematográfico, las limusinas y los flashes de las cámaras.

El invierno acecha, como bestia sedienta, dispuesta a despojarnos de cualquier fuerza, energía o motivación.

Las noticias en el mundo siempre tan reveladoras: el padre Giuseppe Moscati (nombre real supongo, no pseudónimo de sus aficiones a los vinos dulces) ha contactado con los representantes de Michael Jackson para ofrecerle participar en el proyecto de dar forma musical a más de veinte oraciones que dejó escritas J.P.II antes de su muerte. No son problema alguno los presuntos abusos a menores de los que se acusó al cantante, ya que “fue juzgado y absuelto”. Dios los cría y ellos se juntan. Es posible que también contacten con OJ Simpson, gran ejemplo de la sociedad patriarcal que durante siglos la iglesia católica ha ido perpetuando. No se ha mencionado que participen mujeres en el proyecto, quizás algún castrado.

Mis queridos y queridas lectoyentes, hoy no jugaré al consejero virtual repara entuertos. La casualidad ha hecho llegar a nuestros oídos una historia increíble (entiéndase como difícil de creer), merecedora del premio “Soy estúpido, y qué?!”, y me apetece reproducirla, sin más (la verdad, el personaje que la sufre no creo que tenga posibilidad de redención alguna, y para utopías, pues ya tengo las mías). Pobre María Zambrano, intentando dotar a la razón de poesia, para que después aparezcan estos zánganos y conviertan los sentimientos en semen vertido en una servilleta de papel.

Sin más preámbulos empieza la versión castiza de “Desde Rusia con Amor”:

Todos sabemos que vivimos en una sociedad internetizada, ahora somos capaces de acceder a casi todo a través de un ordenador y una conexión telefónica: cuentas bancarias, noticias digitales, compras virtuales, sexo cibernético y amor. Prestemos un poco de atención a este último punto. La necesidad de afecto es patológicamente humana, así como las desviaciones miles que se derivan, por no hablar de las confusiones entre afecto, posesión, necesidad, sexo, etc etc. Cuando nos cansamos de producirnos amor nosotros mismos, buscamos cómplices. Lo normal es empezar por una sola persona (trios, grupos y demás quizás se presenten en estadios superiores del “amor”), es decir, empezar a buscar a esa persona. Pero no debemos olvidar que el paso previo suele ser la ensoñación. Qué fácil vivir en un mundo de sueños, cerrar los ojos e imaginar que Heidi ha crecido, el abuelo ha muerto, y se ha convertido en una austríaca escultural dispuesta a enamorarse completamente de un pobre desgraciado como cualquiera de nosotros. Aunque mis informaciones más recientes apuntan a que el nuevo “símbolo” erótico-amoroso-utópico es más bien Nikita, que ahora está lista para amar. El mercado ruso abre sus puertas y sus piernas para que los “tovarich” occidentales puedan por fin saltar el telón de acero y hacerse con su mayor tesoro: no es el gas, no es el petróleo, son las mujeres. Claro, tanta película de James Bond, tanta competición durante la guerra fría, y tanta página pornográfica ha hecho posible que cuando alguien recibe un mail de una joven rusa explicando que se ha cansado de su país, que ha conseguido una visa de trabajo y que le gustaria conocerte un poco más, pienses que te ha tocado la líbido-lotería. En el segundo mail te envía unas fotos. Qué extraño, me había dicho que no era muy bonita y casi parece una modelo, debe ser muy modesta. Ah, no, también me explica que es profesora de fitness, y le gusta mantenerse en forma, claro, por ese luce semejante cuerpo. Gracias Stalin por escuchar mis plegarias, he sido el agraciado entre millones de internautas masculinos. Viva la perestroika y la madre que la parió. Voy a tener a una mujer sumisa durante tres meses, obligada por necesidad a complacerme en todo. La mente empieza a llenarse de una sustancia viscosa, densa, blanca, de olor penetrante y las conexiones neuronales no dejan de follar las unas con las otras, todo el cerebro se convierte en una gran orgía de sueños futurístas (de ciencia-ficción, añadiría), y no hay lugar para pensamiento cabal alguno. En el tercer mail, una vez le hemos dejada clara nuestra total disponibilidad, nos confirma que se desplazará a Moscow (ya que ella vive en un pequeño pueblo de la Rusia más rural, en la frontera con China, ni siquiera tiene internet y debe desplazarse a otro pueblo que está a 30 kilómetros para enviar sus cartas de amor virtuales desde un ciber-café) en los próximos dos días para contactar con la agencia que le proporcionará el visado y los contactos de trabajo. Desde allí tomará el avión. Qué suerte, me dice que ya le han localizado dos o tres bares y restaurantes interesados en ella. También me pide que no sea impaciente, quizás no podrá contestarme en un par de días, pero que en cuanto pueda lo hará. A partir de aquí todo son nervios, las horas se vuelven eternas esperando el día que escriba. Oh, me habré enamorado? son tres cartas suficientes? le gustaré yo? (gran dilema, ¿nos habla el corazón o la polla? aunque con tanto aborto neuronal después de las últimas bacanales la distancia entre los dos cerebros masculinos se ha vuelto microscópica y cada intento de pensar se convierte en una eyaculación precoz). Entonces abrimos por enésima vez el mail y allí está, los ángeles haciendo sonar sus trompetas, hacemos clic y... no!! ha tenido problemas con inmigración, ahora le piden 500 doláres (el rublo descansa junto a Lenin en la plaza roja, supongo) para poder tramitar la solicitud. Ella ha gastado todos sus ahorros en el vuelo y no le queda nada. Destrozada, te dice que no le queda otro remedio que volver a su pueblo y trabajar durante uno o dos años para ahorrar de nuevo.

Bueno, no voy a seguir con esta patética historia. Si el imbécil que la sufrió hubiese tenido dos dedos de frente podría haber buscado en internet el nombre y el mail de la rusa, y se habría dado cuenta que aparece en una lista negra. La página se llama Anti-scam, y recoge las direcciones de correo electrónico, las fotos y los mails que una serie de desaprensivos/as utilizan para engañar a “pobres personas honestas” (todas masculinas, que yo sepa). Al final siempre acaban pidiendo dinero. Lo increíble es que muchos han pagado!!! La página web en cuestión explica que fue creada por las propias agencias de contacto “legales” porque estaban perdiendo clientes!!! Hay que joderse.

Desde ya aviso que no se aceptarán llamadas a nuestro programa de personajes como el anterior explicando sus penas, porque lo peor de todo es que no es inventado: EXISTE. Nuestro código deontológico nos impide gastar un sólo segundo en tipos que ya están perdidos para el género humano, casos insalvables vayan al vertedero más cercano. Gracias.

En fin, aquí un servidor se despide, luchando una vez más contra el sentimiento de pertenencia a un grupo, y repitiéndome la eterna letanía: no todos los hombres son iguales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo suyo debe ser pre-meditación (alcohólica) alevosía e imbecilidad. Y que no escarmienta! Sigue abriendo cualquier correo, aunque su servidor sea más razonable que él y los dirija directamente a spam, que lleve el nombre de una mujer (posiblemente la última estafadora debía contactar con él, a través de una de las miles y miles de páginas porno que debe visitar)y pavoneándose ante sus amigos del supuesto enamoramiento de la rusa, incluso enviándoles las fotos (que no son de ella, por supuesto, pero en eso no se ha fijado).

Si ya lo dicen ya, que a veces la realidad supera la ficción...